LA PAZ INTERIOR

LA PAZ INTERIOR

La paz interior es la expresión más sublime y hermosa de la manifestación del amor, porque irradia una sensación de ternura, tranquilidad, satisfacción, confianza y seguridad en sí mismo.

Que a su vez se refleja y se manifiesta en el quehacer cotidiano del diario vivir, presentando siempre una sonrisa de satisfacción y de felicidad, sin importar el sufrimiento o dolor que se esté viviendo en su entorno, porque el sufrimiento no le quita la paz.

El ser humano tiene la capacidad de experimentar la paz interior, en cada una de las etapas de la vida. He visto morir personas de cáncer terminal, también escuché testimonios de otras personas que durante el proceso de años de dolor y sufrimiento reflejaban paz interior, lo contrario de otros que pasaron toda la enfermedad en un constante estado de tormento y reclamo, llanto, disconformidad, insatisfacción y desesperación.

En una enfermedad terminal como esta o con una preocupación insistente, se puede experimentar la paz interior por una sola razón, cuando el ser humano toma la decisión de tener paz, esta se va formando y creciendo sin importar el entorno social, familiar y cultural que le rodea.

El tipo de persona que cultiva la paz interior es muy diferente a los demás, por la formación espiritual y material de ver las cosas de su entorno.

El que posee paz interior está en conformidad de vivir en armonía consigo mismo, con el aire, el sol, la playa, en fin, con la naturaleza en sí, y con los demás seres vivos.

Es fácil identificar este tipo de personas, porque están en la disposición de vivir en armonía con los demás, y en cada ocasión afrontan los desafíos y dificultades del entorno con mente abierta para solucionar la gravedad del asunto, con amor y comprensión.

Esto lo convierte en una persona sabia para poder enfrentar los conflictos y desafíos de la vida; con armonía, reconciliación, unión y amistad.

Cada individuo puede tomar la decisión de tener paz, no es difícil pero cuesta, porque una vez logrado el éxito de poseerla es muy frágil y se pierde fácil.

Las personas que tienen paz interior poseen ciertas características, que a su vez, les diferencian de los demás, por ejemplo, en la resolución de conflictos siempre muestran una energía de unión, acuerdos, conciliación y entendimiento.

Aceptan las decisiones y posturas de los otros, aunque sean diferentes a la suya, manteniendo siempre una actitud respetuosa y flexible ante los demás. No se deja dominar de la ira, ni por la ambición al dinero y a los bienes materiales.

La paz interior consiste en mantener una sensación de calma y paciencia en la adversidad del diario vivir, y a su vez dominar con autonomía las fuerzas negativas y perturbadoras del pensamiento en el entorno familiar o social.

Cuando no se puede dominar con firmeza las diferencias, se pierde el control para escuchar, reconocer y respetar a los demás.

La paz interior se construye en el hogar en un clima fundamentado en los valores y el respeto a la dignidad de los demás, tomando en cuenta el derecho que tienen los seres vivos que forman nuestra habitad.

Para lograrlo, hay que buscar soluciones por vías pacíficas entre las partes, que nos permitan fortalecer los valores para crear paz, ente ellos están: el respeto, la justicia, la aceptación, amor propio, autovaloración, entre otros.

Vivir en paz y armonía en esta sociedad ayuda a que las personas aprendan a tener confianza y seguridad en sí mismos, mientras que somos más amables y respetuosos en nuestras relaciones con los demás. La paz en la familia se cultiva cuando hay comprensión, respeto, amor, confianza, armonía entre padres e hijos.

Esta falta de comunicación entre las personas, da origen a los antivalores, siendo la causa principal de: la violencia, la delincuencia y agresiones, producto de los celos, la envidia, la falta de empatía, la inseguridad, la falta de cariño, la violencia doméstica, el rechazo, la desorganización por falta de comprensión, los castigos y malos tratos.

Estar afectado por los antivalores arrastra como consecuencia la perdida de la paz y el descontrol del pensamiento, produciendo en las personas la duda, el miedo, la desconfianza y la inseguridad. Las personas caen en estado de ansiedad y depresión, que a largo plazo pueden crear problemas en el entorno familiar, social, empresarial, laboral, religioso.

Todo lo que perturba nuestra paz, por no saber usar el pensamiento o por falta de conociendo, afecta la integridad social de las comunidades de los pueblos y países, porque la paz es un factor muy importantes para la sociedad, y de esta manera evitar los conflictos, ya que la perdemos cuando nos disgustamos con los demás, nos llenamos de rabia, de amargura por culpa de la impotencia de perder la alegría y no poder vivir en paz.

 Entonces estallamos en cólera, furias para destruir y acabar contra todas las cosas que nos están quitan la paz, sin importar la causa o la consecuencia del daño que pueda causar a la familia y a la sociedad.

Este artículo, confirma las expresiones de una mujer que reaccionó con palabras sabias cuando dijo, que la paz no es solamente la ausencia de guerra, porque mientras haya pobreza, racismo, discriminación y exclusión, sería muy difícil que se pudiese alcanzar un mundo de paz entre las naciones y la familia, de esta manera es importante para las personas, tratar de practicar la tolerancia, la paciencia, la misericordia y el amor.

Tratar de acertarnos y amarnos como somos y dar amor a los demás que nos rodean, sin importar la raza o el estatus social.

Existen actividades que nos permiten conectar con la paz y a la vez mantenernos en ese estado de paz anhelado, tener un cuaderno para escribir cómo te sientes diariamente, hacer yoga, salir a caminar, correr, hacer actividades físicas que te ayuden a drenar las energías negativas, compartir en familia, viajar, tener citas contigo mismo, ir a la playa o a la montaña, pero sobre todo lo más importante es saber ser agradecido y estar siempre en contacto con Dios.

El punto es encontrar esa actividad que te genere satisfacción, emoción, en ocasiones es un desafío pero vale la pena intentarlo.