Cuerpos creativos, cuerpos en movimiento

 

Edición del video: Margareth Acosta 

Desde los inicios en los que el hombre aún no había desarrollado por completo la capacidad de comunicarse fluidamente de forma verbal con lo que hoy conocemos como el Habla y que sólo se valió éste de los elementos de su entorno para hacer tallados sobre piedra; así se dio inicio a lo que sería nuestra capacidad de expresarnos y la necesidad de dejar constancia de las experiencias vividas. La necesidad de narrar lo que a nuestro alrededor acontecía. Ya desde los Neandertales el ser humano traía en su ADN esa semilla creadora que con el paso de los diferentes periodos históricos se ha perfeccionado y que ahora vemos materializada de forma exquisita en diferentes artes.

Diferentes culturas prerrománicas, en la Hispania antes de la conquista de los Romanos y culturas precolombinas en la América antes de la conquista de Colon; muchos siglos después y sin tener conocimiento alguno de sus antecesores; utilizaban estos métodos de la pintura rupestre para narrar, para dejar una constancia escrita a sus generaciones acerca de su historia y legado. Cantaban a sus dioses y también improvisaban danzas donde entonces sin saberlo, conjugaban estos el arte de la palabra contando historias alrededor de fogatas, el arte de la danza y la música entonando cantos y moviendo sus cuerpos al ritmo de cuales fueren sus instrumentos. Y así; si seguimos haciendo un viaje a través del mundo por diferentes países, gentilicios, costumbres y creencias; es un patrón que veremos repetirse una y otra vez.

Video cortesía de Youtube 

¿Qué dice un cuerpo al bailar?

La bailarina estadounidense Martha Graham para los años 90 revolucionó la forma en la que un bailarín hacia su puesta en escena. Librándose de las reglas rigurosas y técnicas de baile, ella decidió apostar por una danza moderna donde el factor protagonista fuese el sentimiento y de esa forma, los cuerpos no solo eran un algo en movimiento, sino que a través del movimiento se estaba contando una historia. Es esta la línea que une dos artes como lo es la danza y la literatura. Como a través de un arte donde no se utiliza sino el cuerpo y la música, puedo narrar una historia que, a su vez, tendrá múltiples interpretaciones según cada espectador.

Fotografía original: Margareth Acosta 

¿Qué me dice una fotografía?

El arte de congelar un instante, de esa manera definiría perfectamente la fotografía. Resulta que a cada imagen congelada le sucede la capacidad de crear un diálogo y una historia detrás de lo que se aprecia. Mientras la poesía es el arte que nos traslada a las imágenes con las palabras; la fotografía nos traslada a las palabras a través de una imagen y es lo que sucede también en la pintura. Una vez más vemos no solo como convergen dos artes, sino también la extraordinaria capacidad del ser humano para crear métodos de expresión que nos ayudan a narrar y a contar.

Desde el David de Miguel Ángel hasta las obras musicales de Mozart, Beethoven y Tchaikovsky, desde las más grandes e imponentes estructuras arquitectónicas hasta las más hermosas puestas en escenas con magníficas expresiones  literarias que han perdurado durante siglos y las que se siguen creando. Todas artes, divididas y a la vez con la impresionante capacidad de mezclarse como una masa de plastilina y detrás de cada una de ellas un elemento en común, un creador.  

 

Queda claro entonces, que desde muy temprano en nuestra historia y paso por el mundo hemos tratado de utilizar todo lo que somos, de darle provecho a este vehículo llamado cuerpo y mente para conectar, contar, narrar y dejar una huella que sirva como inspiración a las generaciones de relevo. Las artes son sin duda una de las creaciones más exquisitas del ser humano, en ellas nos descargamos y nos recargamos al mismo tiempo, drenamos y fluimos como los elementos. Somos entonces cuerpos en movimiento, equipados con un ADN creativo perfecto, somos un mundo que, al conectar con otros seres vivos, creamos nuevos mundos. Nos vamos desarrollando de momento solos pero interconectados por hilos imaginarios y de lo que no queda duda; es que vamos edificando, reedificando y sobreedificando a través de la palabra y el arte.